martes, 9 de mayo de 2017

Soy.

He caído en cuenta que cada vez me cuesta más trabajo responder cuando alguien me cuestiona la razón del por qué no tengo pareja, así que me limito a contestar con un "por que no quiero". Para evitarles (o evitarme) la molestia de escuchar algo que, por su moral, sé que no van a entender y de inmediato lo juzgarán como "malo".
Me causa risa por que es muy sencillo resumirlo: no soy lo que buscan, hago demasiado daño.
Aunque, más que una sinopsis parece una advertencia. Y si.
Te explicaré por qué.
No soy de los que despiertan temprano para enviar besos o buenos días, tampoco el que estará contigo cuando más lo necesites y estés llorando desconsolada en la noche, ni el que te pedirá que le tomes de la mano mientras caminamos juntos.
Soy un solitario, ¿lo entiendes?.
No, no lo entiendes.
No sé estar mucho en ningún lugar, ni con una persona y mucho menos sé quedarme.
Soy de los que hace, de los que tropiezan y siguen caminando sin volverse, aunque duela;  alguien que detesta hechar raíces pero sabe dejar huella. Soy de los que ignoran y se dan media vuelta si los celos te invaden, por que odio gritar y no hablar. No soy de los amantes que duermen acurrucados después de coger, soy de los que busca su ropa, se fuma un cigarrillo y se va; por que me gusta el sexo sucio, sin sentimientos y carente de toda palabra de amor.
Soy más de sabores amargos: un vino o un whisky por la noche, quizás una cerveza o un café por la tarde, pues lo dulce me provoca vomitar. Una persona que calla pero sabe hablar.
Vivo salvaje por que no estoy domésticado.
Libre, como quién nunca ha amado.
Me presento, soy un caballero con disfraz de príncipe azul, un fugaz, un amante momentáneo.
Pero si lo deseas, puedes llamarme turista de habitaciones.
Mucho gusto.


Maximiliano Vélez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario