Qué gracioso, de un momento a otro los días se han tornado confusos, pues creí entenderte y ahora veo que no te entiendo del todo.
Sé que sabes que mis sentimientos hacia ti son puros, sin una pizca de mentira en ellos. Mis acciones y emociones aumentan cada día con el único fin de agradarte, pero a veces parece no ser suficiente.
Habiendo tantas féminas, tantas oportunidades, tantos mundos y universos solamente para coincidir contigo, para buscar el infinito en un "nosotros" y entregarme a ti sin tocar la esencia del remordimiento.
A veces pienso que tu cerebro y tu corazón son dos personas diferentes, parece que se esmeran por nunca entenderse uno al otro y dejar pasar el tiempo en discusiones, aunque otras veces parece que te niegas a entenderlos.
Seguimos siendo niños del corazón aunque nuestro cuerpo refleje adolescencia.
Ambos sabemos que todo esto marca una distancia entre tú y yo, yo como caballero de armadura seguiré blandiendo mi espada para librar esta batalla de amor entre tú y yo, pero los caballeros también se cansan de luchar en tantas guerras.
Quisiera poder ver a través de tus ojos y escuchar tu pensar para saber y adentrarme a tu mundo, un lugar en le cual sé, podría llegar a comprenderte.
Soy felicidad cuando somos, soy tristeza cuando fuimos.
Mis ojos y corazón se llenan de orgullo al recitarle tu nombre al mundo, mi corazón y su palpitar corren cuando puedo responder como tu pareja.
Pides tiempo, que no me aparte de ti por que conmigo tienes todo lo que añoras, pero ¡mírame! soy un campesino celoso de sus tierras, y no puedo ver que alguien intente invadirlas.
Quiero ayudarte a aprender del mundo, pero hasta los maestros necesitan ayuda de sus alumnos.
Quiero ser una sola persona contigo.
Quiero seguir avivando nuestra llama de amor, sólo te pido que no vuelvas a soplar por que es nuestro último fósforo.
Maximiliano Vélez.

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