Te recuerdo en silencios que se ocultan bajo mis sábanas, pues en este colchón mezclamos nuestras esencias tomando la forma del amor, nuestras miradas se enfrentaron, creando una imagen infinita del tiempo, pero ahora estás al otro lado de mi realidad.
De noche se escucha mejor nuestro pasado, pero ahora prefiero quitarle los acentos a nuestro tiempo, para que siempre seamos presente y nunca pasado.
Ambos escribimos realidades sobre nuestros cuerpos con tinta de caricias, humectamos nuestros labios con una melodía bañada en besos, mientras abrigaba tu cuerpo del portentoso frío de invierno, durante un paseo por el parque.
Dibujábamos en nuestros rostros, bocetos de sonrisas al caminar, mientras esculpíamos dos pares de huellas, unas más grandes que las otras, sobre aquél frío y delicado manto blanco que cubría cada ladrillo del camino.
Relatábamos historias en compañía de un tercero que nos ayudaba a conocernos cada vez más, una taza de café caliente, donde encontramos la biografía de muchos poetas, donde teníamos toda una vida que contarnos.
Edificamos ciudades enteras, diseñadas con nuestros sueños y anhelos en el momento que nos tomamos de la mano y observamos nuestras pupilas detenidamente, mientras el tiempo se quedaba detenido por qué "nosotros" se conjugaba en el tiempo. Vivimos parte de nuestra vida a carcajadas acompañadas de lágrimas que bailaban por nuestras mejillas hasta llegar a posarse en nuestra sonrisa.
Tu y yo escribimos infinitas historias sobre deseos en blanco, que hasta hoy, sigo guardando en mi memoria, por qué con besos se firman historias. Contigo he aprendido que debo tocarme el corazón para sentirte, y que sentado al lado tuyo escuchando el silencio, nunca estaré lejos de ti.
Ahora te has ido sin llevarte todos estos trocitos, recuerdos de tú corazón, que sigo guardando hasta el momento que regreses. Pero te esfumaste como neblina entre las hojas de los árboles, y ahora eres tanta mi realidad, que dejaste de ser sólo un sueño.
Relatábamos historias en compañía de un tercero que nos ayudaba a conocernos cada vez más, una taza de café caliente, donde encontramos la biografía de muchos poetas, donde teníamos toda una vida que contarnos.
Edificamos ciudades enteras, diseñadas con nuestros sueños y anhelos en el momento que nos tomamos de la mano y observamos nuestras pupilas detenidamente, mientras el tiempo se quedaba detenido por qué "nosotros" se conjugaba en el tiempo. Vivimos parte de nuestra vida a carcajadas acompañadas de lágrimas que bailaban por nuestras mejillas hasta llegar a posarse en nuestra sonrisa.
Tu y yo escribimos infinitas historias sobre deseos en blanco, que hasta hoy, sigo guardando en mi memoria, por qué con besos se firman historias. Contigo he aprendido que debo tocarme el corazón para sentirte, y que sentado al lado tuyo escuchando el silencio, nunca estaré lejos de ti.
Ahora te has ido sin llevarte todos estos trocitos, recuerdos de tú corazón, que sigo guardando hasta el momento que regreses. Pero te esfumaste como neblina entre las hojas de los árboles, y ahora eres tanta mi realidad, que dejaste de ser sólo un sueño.
A veces estás frente a mi, pero apagas la luz, no me da miedo la obscuridad, lo que en verdad me da miedo, es; no verte, amor.


Maximiliano Vélez.

No hay comentarios:
Publicar un comentario